Decálogo del psicólogo.

 

A propósito de que hoy 22 de noviembre se celebra el día del psicólogo en mi país (Venezuela), he preparado este decálogo, para que siempre tengamos presente esos principios que garantizan un ejercicio profesional basado en la ética y la excelencia:

1. Sumérgete en el conocimiento día a día. La psicología es un campo en constante evolución, lleno de descubrimientos, técnicas innovadoras y recursos valiosos. Mantenerte actualizado no solo es una responsabilidad, sino también la clave para destacar en tu carrera. Desde los primeros semestres, sabes que la actualización constante es esencial, ya sea en terapia clínica, familiar, infanto-juvenil, educativa u organizacional. Es parte de tu compromiso ético para ofrecer servicios funcionales y efectivos.

2. Sé honesto contigo mismo. Evalúa si realmente puedes ayudar a tu paciente. La honestidad profesional implica reconocer tus límites y remitir a un colega cuando sea necesario. Prioriza el bienestar del paciente/cliente sobre cualquier otra consideración.

3. Evita imponer. Tu criterio debe ser objetivo y orientado a fines terapéuticos. El paciente no debe seguir tus sugerencias porque sí, sino porque son adecuadas y personalizadas según una evaluación detallada. Aplica psicoeducación y técnicas con precisión, adaptándolas a las necesidades del paciente.

    

4. Respeta el secreto profesional. Protege la identidad de tus pacientes en todo momento. Comparte casos solo en espacios de supervisión profesional, manteniendo la confidencialidad como pilar fundamental de tu ética y moral.

    

5. Dedica tiempo y esfuerzo a cada caso. Tu compromiso no solo se limita al espacio terapéutico. Analiza avances y retrocesos, estudia cada situación con intensidad y planifica tu intervención con objetivos claros. La calidad de tu trabajo se reflejará en los resultados.

    

6. Elimina el juicio. Como profesional de la psicología, posees las herramientas necesarias para comprender sin juzgar. El espacio terapéutico debe ser seguro, libre de críticas, donde el consultante se sienta respaldado y comprendido.

    

7. Cultiva la paciencia. Cada terapia tiene su propio ritmo, al igual que cada individuo. Si trabajas de manera óptima y cumples con la supervisión, la terapia personal y la actualización profesional, los resultados llegarán en el tiempo adecuado.

    

8. Ama tu profesión. Trabaja para mejorar la calidad de vida de tus pacientes, ofreciendo recursos que fomenten su bienestar. Establece vínculos terapéuticos sólidos y mantén una conducta ética en tu ejercicio profesional.

9. Sé objetivo en tus métodos. Facilita que tus pacientes tomen decisiones informadas. Mantén el enfoque y actualízate constantemente para aplicar métodos pertinentes a cada caso.

10. Respeta las decisiones de tus pacientes. Si eligen no seguir ciertas sugerencias, indaga en sus razones y reevalúa la situación. Tu objetivo es el bienestar del paciente, y la flexibilidad es clave para adaptar tu enfoque según sus necesidades.

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Psicóloga: Luisnelly González Mendoza

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